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EL ASNO

LA INDIA SOLEDAD

LA INDIA SOLEDAD

No me gusta que me regalen libros... Me gusta cogerlos de estanterías o comprarlos. Regalar libros es una barbaridad y una intromisión en la parte más íntima y personal del individuo: eso, el gusto.

Pues bien, hoy deseo estrepitosamente escribir, porque no he dormido pensando en mi querida amiga Soledad, la india argentina tan alta y elevada como su espíritu. La india Soledad me llamó antes de ayer, determinada a cambiar sus últimos coletazos de ansiedades y autodestrucción, víctima de un púrpura galopante que azota su cuerpo voluptuoso. Sin embargo ayer, en un esfuerzo sobre mis últimos planes amatorios, le comuniqué con escaso éxito, que antes de partir hacia la felicidad cenaría con ella en fin de año.

Me pidió disculpas, no podía quedar para hablar en mis glamurosos bares porque estaba con arapos, y no podía quedar a cenar en fin de año, porque  huía de si misma a Granada, ciudad jarta antipática y erásmica que huele a montaña e interior, sin un pavo que echarse a la boca o que sacarse del bolsillo.

Entonces vi el libro que con pretensiones me tiró a las manos alguien por mi cumpleaños... Y recordé que Sole lo había cogido con curiosidad y empezado a leer de forma detenida y concentrada.  

Capítulo 1 "Londres Navidad de 1991",... No me defraudó... Era un intento tardío de muy bien escribir una  novelilla ochentera, donde como algo extraordinario, y eso que existió la Grecia clásica, el desorientado prota se da cuenta que Lauren tiene rabo... Y entonces me di cuenta yo también, que el laureado autor era claramente Lauren y yo, que lo conocía, era Lauren para el autor pero sobre todo y confirmando el contenido, que Lauren para Soledad eran las drogas.

¿En qué pensé?, en lo bien que escribía Antonio Álamo, en lo aburrida que era su masculina y manida "Breve Historia de la Inmortalidad", en lo sorprendida que estaba con la obra de arte que me compré, "A Solas con Marilyn" del genial Alfonso Zurro, en el buen gusto que tenía y en que la droga no solo hace daño al que la consume, pero sobre todo al que la consume.  

Mi deseo al 2009, es que empalen a los narcotraficantes y camellos. Mucho conocimiento a los dependientes para que les guste vivir y que ¡por los dioses!, que Zurro siga escribiendo a ver si un día puedo interpretarle.

No está hecha la miel... Y yo cuido mi panal, ¡cómo me gustaría que la india Soledad hiciera lo mismo y pasara de Lauren!.  Porque claro está, Lauren y los que regalan libros... Rebuznan.

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