Acabo de terminar de ver una de esas películas mal basadas en un libro, pero que los americanos lo han bordado y es una delicia de guión, de disfrute para los cinco sentidos, de admirada actuación, de acertadísimo casting y de todo:
EL PERFUME.
Es la historia de como madura El Principito, y se da cuenta, tarde por supuesto, de lo que sentía. Que ante todo amaba a aquella mujer que destrozó y torpemente perdió y que desde entonces ha trabajado como un jabato en conseguir lo equivocado, a ella sin ella, a ella sin amarla, a algo parecido a ella, a un olor que provocara en los demás lo que ella provocaba en él... Al final decide pues que le muerda la serpiente.
... Si le hubiera soltado la mano de la boca y no se hubiera cagado vivo... ¿No Einstein?
En fin un delirio sobre La Caida de Camus, que desde que se la pegó este estupendo escritor y filósofo, no han variado los libros más alternativos
... La historia de un perverso...
Ese nuevo psicópatilla de la sociedad enajenada de masas, que ni siente, ni padece y perdido busca en la mujer fagocitarla, quedarse y conservar su esencia, de las maneras más increibles y peregrinas, porque no sabe muy bien por qué, ella le puede.
Y yo tan rara: Amar, dejarse amar, besar y querer, disfrutar caricias, devoción y caderas, engendrar, penetrar, dejarse penetrar, asustarse, aguantar, admirar, dejarse admirar... Y adorar más todavía.
El Principito, el padre de mi hija, American Psico, La Caida, El Perfume... ¡Ozú!
Muchas noches de placer, sintiendo caer las gotas de tu sudor sobre mi, muchos amaneceres tristes al ver que nos separábamos y no sentía tus besos por horas, el frío sin tus abrazos, la ansiedad al no ser los otros tu, ilusión al estrecharme, felicidad completa cuando recorres mi cuerpo con deseo y... muchas lágrimas... Injustas, innobles y últimas lágrimas.
Hay otro Perfume, el de Manara.
A mi eterno novio, el hombre... No está hecha la miel, pero no me importa, te amo, pura y sencillamente.
Eva.
