LA ERA CRÓNICAS MARCIANAS O EL TIMO DEL CIUDADANO HIPERLOCAL

Hace un tiempo que me desvinculé de crónicas marcianas, tanto desnudo femenino me abruma en mi heterosexualidad.
Me introduje un día en la web de ese patético pero exitoso programa y descubrí que pedían la colaboración ciudadana. Varias ideas escritas y varios días más tarde me llamaron por teléfono incluyendo en algunos espacios de Crónicas mis ideas. Hoy por hoy ya no tiene esa web la posibilidad de interactuar y es un catálogo de porno suavon y misógino.
En mi colaboración, activa, democrática y etc, etc, ¿Cuánto dinero ganaron ellos?, ¿cuánto gané yo?, ¿se me ha reconocido alguna vez la autoría?, ¿en este caso es conveniente tal reconocimiento?... muchas incógnitas aparecen respecto a la interactividad.
No me da la gana de interactuar con los medios. Este ejemplo se ha institucionalizado años más tarde en posibilidades de creación de bitácoras y regalos directos, sobre todo a la agonizante prensa escrita, de información para que de todas maneras se manipule.
El periodismo participativo irrumpe con gran fuerza en nuestra sociedad con una capa de democratización, de lucha contra el poder establecido, de libertad y de información muy mosqueante. ¡Qué listos los poderosos!, ya no se trata de crear imagen de pluralidad, esta vez se trata de que nos creamos que la hacemos nosotros.
Pero además es gratuito todo, lucrativo para los hombres grises, y el riesgo y coste lo aguantamos los "participativos". ¡Qué alegría!, estudio media vida, trabajo la otra media, tengo varios fracasos sentimentales a mis espaldas con maltratos de todo tipo en esta sociedad que fomenta al perverso narcisista, una preciosa hija que tiene derecho a disfrutar de su madre, un préstamo de un master-timo que pagar y me queda tiempo para regalar mis conocimientos y mi buen hacer, no a una sociedad necesitada, que lo está, sino a un empresario para que lo utilice y gane dinero.
La evolución de las famosas "cartas al director", que este se encargaba de analizar bajo la censura previa de su editorial, unido a las nuevas tecnologías, dan como resultado el periodismo participativo. Si la realidad se ajustara a lo que se dice de la interactividad sería magnífico, pero mientras tanto casi es preferible ganar dinero gritando en uno de esos programas tan cultos que nos alumbran.
Además el insulto llega a terminar institucionalizando seguro que al más ordinario de los interactivos al que si le pagarán y que no será periodista de carrera. No se para qué me preparo tanto si al final todo se traduce en poner el cluete al poderoso.
¿No será esto un complot judeo masónico internacional de esos que auguraban las abuelas blaspiñareñas, para que definitivamente y como soy "activa" pero necesitada de dinero, me haga colaboradora de Salsa Rosa?. Oportunidades no me faltan... ¡salvenme!.
0 comentarios